La ciudad de Venecia se extiende sobre
una serie de 119 islas que emergen de
una amplia laguna situada entre la tierra firme y el mar abierto. Hasta su
fundación se encontraba habitada por unos pocos habitantes ilirios y venetos
que vivían sobre el agua de la laguna en palafitos subsistiendo de la pesca y
de la extracción de sal.
Su fundación data del año
421. Los habitantes del Véneto,
expulsados por los ostrogodos y los lombardos, se refugiaron en estas tierras
pantanosas de la desembocadura del río Po constituyendo la ciudad de Venecia.
Su situación
"privilegiada" entre marismas y aguas pantanosas otorgó una gran
independencia a Venecia respecto a los posibles conquistadores. En el año 810
el propio hijo de Carlomagno tuvo que retirar sus naves después de tropezar con
los obstáculos que la zona ofrecía a la navegación.
En el siglo VI, el gran general de la época de Justiniano, Belisario, conquistó Venecia. Bajo la protección del Imperio Bizantino pasó a
depender administrativamente del Exarca de Rávena. Al frente del gobierno de la
ciudad impusieron al Maestro Militar bizantino.
Aprovechando la
debilidad del Exarca de Rávena, en el año 697, las familias ricas eligieron el primer Dux, Paololucio
Anafesto, con carácter hereditario y
vitalicio en un principio y, más tarde, electivo y vitalicio después de
numerosas luchas de poder entre las familias patricias.
En el año 829 fue
transportado a Venecia, desde Alejandría, el cuerpo del apóstol San Marcos, el evangelista que sería el patrono de
la ciudad.
La lucha por Venecia
En el siglo XVIII
Venecia, una sombra de lo que fue, intentó recuperar su antiguo prestigio
iniciando una guerra contra Túnez.
La Revolución
Francesa pilló a Venecia sin
poder de reacción y los franceses y los austriacos se enfrentaron por su
territorio.
En 1797 Napoleón
Bonaparte intentó aliarse con Venecia y esta se negó. Napoleón descargó su venganza sobre la República
Veneciana poniendo fin a trece siglos de independencia. Desvalijó el Bucintoro
y se apoderó de todo el oro y objetos de valor. El Bucintoro, barco del Dux,
fue enviado a Francia donde lo utilizaron como galera de prisioneros.
El Dux, Ludovico
Manin, y el Gran Consejo abdicaron y se formó un gobierno municipal pro
francés. El Congreso de Lyon de 1801, convocado por Napoleón, creó en Italia la
República Cisalpina, siendo su primer presidente el propio Napoleón, aunque
poco después, en 1804, al proclamarse Emperador de los Franceses, asumió el
título de Rey de Italia.
Mediante la firma
del tratado de Campoformio, el 18 de octubre de 1797, Napoleón cedió Venecia a
los austriacos.
Italia quedó por
primera vez políticamente unificada bajo el dominio de Napoleón y por tratarse
de un poder extranjero se desarrolló un alto sentimiento nacionalista italiano.
Nuevos
enfrentamientos con los austriacos llevaron a Napoleón a desalojarlos del
territorio veneciano en 1805 y, tras el Tratado de
Presburgo, pasó a formar parte
del Reino de Italia. Un año después,
Napoleón dejó en su lugar a su hermano José Bonaparte.
Derrotado Napoleón, el Congreso de Viena restableció el estatus
político previo a la Revolución.Venecia quedó de nuevo en poder de Austria formando parte del Reino
Lombardovéneto. Poco después Venecia se separó de Lombardía que había optado
por la unión con Italia.
El sentimiento nacionalista era imparable, surgieron sociedades secretas buscando la unidad
italiana, como la Secta de los Carbonarios y la llamada Italia Joven de
Manzini.
Se produjeron
diferentes alzamientos y el ejército austriaco derrotó a los revolucionarios en
la Batalla de Rieti de 1821, restableciendo su poder. El 11 de marzo, ignorando
lo ocurrido en Rieti, nuevos alzamientos estallaron en el Piamonte, Turín,
Módena y Parma.
Tras el alzamiento
contra los austriacos se creó una asamblea que votó por la unión de Venecia a
Italia. Los austriacos destruyeron gran parte la ciudad y esta se rindió el 22
de agosto de 1849.
La situación se
transformó rápidamente en una guerra entre Italia y Austria.
Los gobernantes de los Ducados, el Papa y el Rey de Nápoles, terminaron
enviando fuerzas para luchar por el dominio de los territorios venecianos.
Mientras tanto, los austriacos eran apoyados por la Santa Alianza (Prusia y
Rusia).
Por el tratado de
Viena 1866 se restableció la paz entre Italia y Austria, Austria renunció a Venecia a
cambio de una indemnización.
Por último, se firmó
el Tratado de Venecia del 19 de octubre de 1866, por el que Austria cedía
Venecia a Francia y ésta a su vez a Italia.
Tras un plebiscito
Venecia entró a formar parte definitivamente de Italia.